

The Moment of Truth
Season 4 Episode 6 | 1h 14m 6sVideo has Closed Captions
Pedro sacrifices for Rita’s health. Ana supports her friend. Clara reconnects with Mateo.
Pedro makes a sacrifice for Rita’s health crisis, with devastating consequences. Once she learns the truth, Ana unquestioningly supports her friend. Clara, caught up on the fallout and overwhelmed, reconnects with Mateo.
Problems playing video? | Closed Captioning Feedback
Problems playing video? | Closed Captioning Feedback

The Moment of Truth
Season 4 Episode 6 | 1h 14m 6sVideo has Closed Captions
Pedro makes a sacrifice for Rita’s health crisis, with devastating consequences. Once she learns the truth, Ana unquestioningly supports her friend. Clara, caught up on the fallout and overwhelmed, reconnects with Mateo.
Problems playing video? | Closed Captioning Feedback
How to Watch Velvet
Velvet is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.
Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship-Sé que este proyecto es tu gran sueño y yo quiero formar parte de él.
¿Quieres casarte conmigo?
-Pero yo no estoy sola, tengo un hijo y para mí es muy importante saber lo que él piensa de todo esto.
-¿Cuándo lo ibas a contar?
-Lo siento.
-Yo voy a conseguir el dinero para la operación, lo que haga falta, pero tú te vas a curar.
Don Enrique, señor Cafiero, necesito su ayuda.
-Todo dependería del acuerdo al que pudiéramos llegar.
-Haré lo que sea.
-¿Quieres quedar?
Sin niños, para hablar tranquilamente, digo.
-Pues sabes a qué hora salgo.
-No es que haya dicho que no, pero quiere hablarlo con el niño.
-Pues si es cosa del niño, creo que ya sé cómo tengo que actuar, solo necesita un empujoncito.
-Al final voy a llevar al niño al cumpleaños, no sé qué va a salir de todo esto.
-¿Qué te parecería si a partir de ahora pudiéramos pasar todas las tardes juntos?
-¿Eso se puede?
-Se podría, si tu mamá y yo nos casáramos.
-Hagámoslo.
-"Galerías Velvet y Humberto Santamaría presentan sus nuevas creaciones".
-Pero, espera.
-Te mato, te mato, coño.
Nunca llegarás a nada, porque eres un fraude.
-Clara.
¿Sabes si Marco ha venido por las llaves?
-Te ha llamado la escritora de "Ardiendo en Penumbra", que te espera en la suite de siempre.
-Si no es nada esa mujer.
No, no, no... -Mateo, venía por las llaves de la tienda de doña Aurorita.
-Hacéis una pareja estupenda.
-Pero Patricia... -¡Valentín!
-¡Vamos a ser papás!
-¿Cuándo me ibas a decir que estás embarazada?
¿Es mío?
-¿Y si lo fuera, qué?
¿Me vas a decir que me quieres?
-He hablado con el señor Cafiero y nos va a dar un adelanto, Rita.
-¿Te va a adelantar el dinero así, sin más?
-Pues aquí está el dinero, esperando que cumplas con tu cometido, vas a destrozar el local de doña Aurorita.
-¿Dónde vas con eso?
No te voy a dejar salir con eso.
-Déjame salir.
Tiene cáncer, Rita.
¡Tengo que romper la tienda de Aurorita!
-¿Qué has hecho?
[♪ Alba Llibre, Lucio Godoy: "Falling In Love"] [tos] -¡Lo siento!
Don Enrique me pagó para que destrozase el local de doña Aurorita.
[llanto] -Ese local era el sueño de Ana.
-Necesitábamos el dinero.
Necesitamos que te recuperes, necesito que te recuperes, Rita.
-No voy a aceptar ni una sola de esas pesetas.
-Rita, no pienso devolver el dinero.
-Claro que lo vas a devolver.
O lo devuelves o me voy de aquí.
-Rita, vos... -Primo.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Yo no podía dormir.
¿Y tú?
-Rita no quiere el dinero.
-¿Le has contado a Rita?
-No la podía mentir, primo.
Y le voy a devolver el dinero a Ana.
-No, ¿pero tú estás loco?
Creía que era la única manera que Rita se pudiera operar.
-Así era.
-Iré contigo.
-No, no, no, tú no tienes nada que ver con todo esto.
-Primo, sí que tengo que ver, yo también destrocé ese local.
-Aquí lo único culpable de todo esto soy yo.
-No, yo también soy culpable, y no pienso dejarte solo en esto.
-Déjame ir a hablar solo con Ana.
Solo.
-Conseguiremos ese dinero, ¿me oyes?
Como sea.
Primo.
-¿Pero qué ha pasado?
-Sé que es muy tarde, pero necesito hablar contigo.
-Claro, Alberto, anda, ve, a dormir.
¿Qué ha pasado?
-Es que no sé... Es que he destrozado tu local.
-¿Cómo?
-Pues es que yo no te quiero hacer daño nunca, Ana, nunca te lo haría, pero Rita tiene cáncer y... -¿Qué?
-A ver, que don Enrique me ha pagado dinero para que destrozase el local de doña Aurorita y yo no sabía cómo... -Pero, ¿que Rita tiene qué?
-Rita tiene cáncer.
Y necesitaba el dinero para la operación y... Perdón.
Perdóname, Ana.
-Pedro, ¿por qué no viniste a pedirme ayuda?
¿Por qué me estoy enterando de esto ahora?
-Porque no se quería operar.
Le dije que iba a ser una carga para todos nosotros y... yo no, yo no podía, yo no podía dejarla irse, marchar.
Y es que he pactado con el, con el Diablo y soy una malísima persona, pero toma... -Yo no quiero eso.
-Ana, por favor, coge el dinero.
Ana.
Pues Rita tampoco lo quiere.
[♪ Christian Padovan: "I Will Love You"] [toques a la puerta] -Voy.
[toques a la puerta] Voy.
Ana, ¿qué pasa?
-Necesito que se quede un momento con el niño.
Que tengo que salir.
-¿Que tiene que salir ahora, hija?
Me estás asustando.
¿Qué es lo que pasa?
-Es Rita, tío, ya le contaré.
-¿Está bien?
-Voy a por Alberto y se lo traigo.
-Vale.
-¿Te duele?
-Lo siento... [timbre] [♪ música triste] -¿De verdad no me lo ibas a contar?
-¿No puedo ni decidir cuándo se lo quiero contar a mi amiga?
-Rita, Pedro solo intenta ayudar.
-Menuda forma de ayudar.
Ana, yo te lo iba a contar, pero es que no quería molestarte con más problemas.
-Lo que te pasa a ti me pasa a mí.
-No puedo aceptarlo.
-Claro que sí.
Este dinero no es de Enrique, esto es mío y quiero que lo tengas tú.
-Esto es mucho dinero y además que, que tú tienes un hijo, en cualquier momento lo puedes necesitar.
-Tienes dos hijos preciosos.
Un marido que te quiere con locura, que mataría por ti.
Prométeme que vas a luchar.
Rita, prométemelo.
Y yo voy a estar siempre contigo.
-Gracias.
[timbre] -¿Está la señora en casa?
-Sí, Carlos, pasa.
Buenos días.
¿Has desayunado?
-Creo que vamos a necesitar un par de copitas para desayunar.
-Es un poco temprano para eso, ¿no te parece?
¿Y a qué se debe tanta ceremonia?
-¿No te lo he dicho aún?
-Me caso.
-Mi más sentida enhorabuena.
No hay nada que me guste más por las mañanas que celebrar brindando con un buen champán francés.
-Pues aquí tienes.
-Gracias.
Si estuviera aquí Bárbara... -¡Salud!
-Felicidades.
Bueno, ¿y cuándo se celebrará el gran día?
-Corres demasiado, Cristina.
-¿Pero qué sentido tiene tener una boda y no tener una fecha?
-Paso a paso, Cristina, lo importante es que Ana rompiera con su pasado, y eso es un hecho.
Ahora nos podemos encargar de los preparativos.
Con lo mona que estaría mi Cris llevando las arras.
-A veces me asustas hasta a mí, Cristina.
-Era una broma, pero puedo recomendarte algún palacete, sé de un par de ellos que dejarían a Ana impresionada.
¡Pili!
Tráenos más café, por favor, el señor se queda a desayunar.
-Por supuesto.
-Que todavía tenemos mucho de qué hablar.
[tarareo] -Ana.
¿Me vas a decir qué ha pasado?
-Pedro ha destrozado el local de doña Aurorita.
Necesitaba dinero y Enrique le pagó para hacerlo.
-¿De qué me estás hablando, hija?
-Ni siquiera tengo muy claro yo lo que ha pasado, tío, me acabo de enterar hace unas horas.
-¿Que necesitaba dinero?
¿Cuánto dinero?
¿Y para qué?
¿Qué pasa?
¿Qué pasa?
-Para operar a Rita.
Tiene cáncer.
-Y... ¿Hace mucho que está...?
-No lo sé, ya sabe cómo es, me lo quiso decir para no preocuparme.
-¿Es grave?
-Parece que sí.
-No.
-Bueno, tío, hágame un favor.
-Dime.
-Vaya al local a ver cómo está todo y avise a Mateo, yo me voy directo al hospital.
-De acuerdo, hija, no te preocupes, yo voy al local y me encargo del niño también.
Tú tranquila.
Tranquila.
Perdón, doña Blanca, voy a salir un momento, tengo que acercarme a la tienda de doña Aurorita, parece ser que unos vándalos han destrozado el local.
-¿Pero qué me está usted contando, don Emilio?
-Sí, Ana ha tenido que salir para solucionar otro asunto importante y voy a acercarme yo, no sé con lo que me voy a encontrar.
-Si me da un minuto, dejo organizado el taller y le acompañaré.
-No, no, no hace falta, he llamado a Petra y ella me estará esperando allí.
-Don Emilio, por favor, déjeme acompañarle.
-Está bien, será usted de gran ayuda, muchas gracias.
Le espero arriba.
-Sí, vuelvo enseguida.
[♪ música melancólica] -Madre del amor hermoso.
Si mi hermana viera esta barbarie, ¡qué salvajada!
-¿Quién ha podido querer hacer algo así?
-Petra, ¿sabes si Aurorita tenía contratado algún seguro?
-Claro que sí, lo que hace falta es encontrar los papeles, seguro que están por aquí.
-¿Qué ha pasado aquí?
Don Emilio, ¿qué es todo esto?
-Pues parece que hay alguien interesado en arruinar el proyecto.
¿No cree, señor Otegui?
-No sé qué está insinuando, don Emilio, pero no parece el momento de ponerse a bromear.
-¿Y ustedes quiénes son?
-Encantado, señora, Marco Cafiero, propietario de las galerías.
-Enrique Otegui.
-Petra Alcalde, propietaria de este lugar.
¿Y ustedes han venido a...?
-A ver el local, señora, mis galerías han cerrado un acuerdo por el alquiler, pero, visto el destrozo, quizás haya que replantearse el acuerdo.
-Señor Cafiero, puede que yo le parezca una anciana ignorante, pero le aseguro que mi cabeza funciona mucho mejor que cuando tenía 18 años, ¿verdad, Emilio?
Y si yo les entrego el local en perfectas condiciones, el contrato sigue vigente, por mucho destrozo que hayan causado aquí.
-Me temo que eso va a haber que matizarlo.
-El único matiz es que, mientras nosotros estamos trabajamos tratando de arreglar esto, ustedes solo han venido a estorbar, así que si no tienen nada más que decir... -Don Emilio, a usted y a doña Blanca se les paga por trabajar en las galerías, no aquí.
-Señor Cafiero, no utilice más ese tono amenazante, por favor.
En Velvet no se ha hecho otra cosa que ayudarle desde que llegó.
-¿Ayudarme?
--Desde que llegó, sí, señor, y si usted se siente más seguro haciendo alusión permanente a la posibilidad de mi despido, esté tranquilo, esté tranquilo, a mí lo único que me une ya a las galerías, gracias a usted, es el recuerdo.
Nada más.
-Ya tendremos tiempo de hablar, ahora les quiero ver de vuelta enseguida, señora.
-No te tomes a don Emilio a la ligera, es un hombre mayor, pero sin él Velvet no funcionaría así.
No se cae un solo alfiler sin que él se dé cuenta.
-Con eso tengo cientos en Italia, y treinta años más jóvenes.
-¡Hijo de puta!
-¿Qué haces?
¡Te has visto loco!
-¡No me toques!
-Pensé que eras un hombre de cierta clase, Mateo, pero veo que eres un vulgar matón.
-¡Ya basta!
¿Se puede saber a qué viene todo esto?
-Pregúntale a tu amigo lo que me ha contado Ana.
-¿Qué es lo que he hecho ahora?
Tengo curiosidad.
-¿Pagarle a Pedro para que destroce el local, cuando lo único que quería era salvar la vida de su mujer?
-¿Pagar a Pedro?
Es inútil, está suspendido de sueldo por su incompetencia.
¿No lo sabías?
-Que te lo cuente Ana.
Vámonos, tenemos un anuncio que rodar.
-Espero que hagáis una buena campaña, de lo contrario, en unos meses la colección de Ana os va a sacar los colores, y a ver qué le dices tú a tu padre.
-Eso habrá que verlo.
-Tiempo al tiempo.
-No me imagino dónde puede estar.
-Hombre, el chico guapo ha vuelto, él nos puede ayudar.
-Hola, don Mateo, estábamos entretenidos buscando documentación para ver de dar parte al seguro, -pero nos falta un papel.
-¿De qué se trata?
-Hemos encontrado la carpeta en la que doña Aurorita guardaba los pagos, pero el último no aparece.
-Doña Petra, ¿no será que no ha pagado el último recibo?
-Pues no sé, puede ser, es el mes en que yo me hice cargo de todo esto, ay, Dios mío, mira que si la culpa es mía, Emilio... -Calma, calma, tomemos las cosas con calma, -Intente hacer memoria, doña Petra.
-Por más que lo intento, si no está ahí... -Pues me temo que... Vamos, sin el último recibo, el seguro no nos va a dar nada.
-Vamos a llamar para averiguarlo, ¿cuál es el nombre de la correduría?
-Sánchez y Hervás.
Sánchez y Hervás, yo tengo un viejo amigo que trabaja allí, podría llamarle y preguntarle en qué estado se encuentra este seguro.
-Muy bien.
Pues con todo esto nos vamos a las galerías.
Que por lo que veo, aquí no hay desde dónde llamar.
-Mira que si no he pagado el seguro... -Calma.
-No nos pongamos en lo peor.
-Calma.
-¿Y si les dijera que mañana mismo?
-¿Mañana?
-Ya sabe que en estos casos el tiempo juega un papel fundamental, y mañana mismo lo podríamos operar.
Ya tenemos hechas casi todas las pruebas necesarias, si las termináramos de hacer hoy, estaría usted preparada.
-Bueno, preparada... -No hay nada que pensar, Rita.
Tú eres una mujer muy valiente.
[♪ Christian Padovan: "How Could I Tell You"] Vamos allá.
-Estupendo.
Julia, por favor, pase un momento.
-¿Sí, doctor?
-La señora Margarita Montesinos va a ser intervenida mañana mismo.
Si es tan amable, la acompañará para hacerse todas las pruebas que faltan.
-De acuerdo, venga conmigo, por favor.
-Sí.
-¿Cómo lo ve usted?
-Bueno, se trata de una intervención con anestesia general, lo cual siempre implica ciertos riesgos, y debemos esperar que el postoperatorio sea doloroso.
Pero vamos a luchar por ello, ¿no es así?
-Por supuesto, por supuesto que sí.
-Madre mía, Ana, ¿esto es lo que cuesta la operación?
Pero esto tienen que ser todos tus ahorros.
-¿Crees que me importa ahora el dinero?
-Muchísimas gracias, ojalá yo pudiera ayudarle con todo esto también.
-Pues claro que puedes.
Rita nos va a necesitar mucho a todos durante toda la recuperación.
Bueno, esto ya está.
Perdón, revíselo, por favor.
-Bueno, todo en orden, si quieren pueden esperarla en la sala, ella saldrá en seguida.
-Gracias.
Vamos.
[♪ música animada] -Cariño, no salgas, por favor, ¿eh?
Aguanta.
Cariño, cuidado, cuidado, por favor.
-Valentín, estoy embarazada, no inválida.
-Ya, sí, pero en tu estado toda ayuda es poca.
Además, bastante que te dejo venir a trabajar.
-¿Qué has dicho?
¿Que me dejas?
-Mujer, ya sabes a lo que me refiero, yo creo que deberías de estar ahora mismo en casa, descansando.
-Sí, muerta del aburrimiento.
-No, no, descansando he dicho, ¿eh?
Eh... que cuanto más descanses, pues más fuerte y sano va a nacer ese niño o mujer, bueno, además, ya sabes lo que dijo el médico.
-Sí.
pero es que el médico no ha estado embarazado en la vida, Valentín, y yo me encuentro perfectamente, así que voy a trabajar lo que me plazca, y tú deberías hacer lo mismo, ¿por qué no bajas al taller a revisar las tallas?
-¿Al taller?
Pero si tenemos la grabación del anuncio de Humberto.
-De verdad, Valentín, no hace falta que te quedes.
-Sí, claro.
¿Y quién va a vigilar que se vean bien los gemelos?
-Vamos a revisar los preparativos.
-¡Oh!
¡Luces, cámara y acción!
La magia del cine en nuestra propia casa, ¿quién nos lo iba a decir, eh, cariño?
Fíjate que yo siempre sentí que tenía madera de artista.
-Enrique, ¿qué te ha pasado?
-Mateo, que a veces se pone un poco nervioso.
-¿Enrique?
Uy, creo que te has cortado afeitándote, ¿eh?
[risas] Eh, perdona, quería decir que el... que... ¿Qué tal van los preparativos?
¿Han llegado ya los gemelos de Humberto?
-Sí, Raúl los tiene en el showroom, y ahora si me disculpáis.
-Uy, uy, uy, vaya humos se trae nuestro amigo hoy, ¿eh?
Yo le recomendaría cambiar de barbero.
-Mi amor, ¿por qué no vas a comprobar que tus gemelos están relucientes?
-Ay, sí, buena idea, sí.
[♪ Armando Sciascia: "Sexy World"] -He soñado contigo esta noche.
-Yo tampoco he podido quitarte de mi cabeza.
-El crío es mío, ¿verdad?
¿Verdad?
Quiero que dejes a Valentín.
-No puedo armar un escándalo así.
-No quiero que te vuelva a tocar.
-Es mi marido.
-Y yo el padre de tu hijo.
-Necesito una copa, joder.
-No vas a beber una sola gota de alcohol en mi anuncio.
-Me es imposible, imposible actuar rodeado de gente, no puedo.
-¿Pero qué dices?
¿Qué dices?
Que eres actor, eres actor.
-Sí, pero con mi equipo, ¿eh?
Con mi equipo, y esto estar rodeado de gente, de tus empleados, de curiosos.
-¿Qué gente?
-Mira, me está dando.
-¿El qué?
-Me está dando, me está dando y... hay que suspender.
-Mira, mira, si te crees que voy a suspender mi primer anuncio de televisión con mi colección, estás muy equivocado, ponte de pie.
-¿Qué?
-Vamos a ensayar.
-¿Cómo?
-Di el texto, el texto del anuncio, dilo.
-Eh... -¡Venga!
Relájate.
Tranquilo.
Suéltalo.
Venga, tranquilo.
Suéltalo.
-La vida del actor no es tan senilla como un... ¡Joder!
La viuda, la viuda del actor, ¿qué viuda?
¡Joder!
¡Mierda!
-Tranquilo, tranquilo, a ver, respira, respira, no, no, no, respira, respira, llena de aire el pecho de confianza, de confianza, llénalo de confianza, llénalo, de lleno.
Coge aire, coge aire, bien, bien, coge.
Suéltalo, suéltalo, entra la confianza, se va, entra la confianza, se va, cierra los ojos.
Cierra los ojos, tranquilo, tranquilo, suéltalo.
-La vida del actor no es tan sencilla como uno imagina.
-¡Muy bien!
-Pero hay más tiesto.
-¿Qué tiesto?
-El texto.
-¿Qué te pasa en la boca?
-Lo siento, lo siento, lo siento.
-Hijo de... Joder.
A ver, ¿cómo es la vida del actor?
Cuéntame, ¿cómo es la vida del actor?
Dímelo, dímelo a mí, a mí.
No pongas caras.
Mírame los ojos, mírame, mírame los ojos.
Dime, ¿cómo es la vida del actor?
-La vida del actor no es tan sencilla como uno imagina, todo el mundo está pendiente... -Pendiente, pendiente.
¿De qué todo el mundo está pendiente?
¿Qué pasa?
-No puedo.
-¿Por qué?
-No puedo.
-Gracias, Alfonso, sí, cuanto antes, por favor.
No me ha podido dar mucha información, pero con los datos de doña Aurorita localizará el seguro y me dirá en qué estado se encuentra.
-Siento haber metido la pata en el último momento, por más vueltas que le doy en la cabeza, no recuerdo si lo pagué o no.
-Bastante tenía usted ya con asistir a su hermana en sus últimos momentos.
-No hay que darlo todo por perdido, vamos a esperar.
-¿En qué han quedado, entonces?
-Tenía que visitar a unos clientes por la zona y en cuanto pueda vendrá para acá.
¿Porque no hay posibilidad de comprobar unas cuentas bancarias, verdad?
-Me temo que no, si mi hermana lo pagó antes de que yo viniera, seguro que lo pagó con el dinero de la caja, que es lo que hacía para pagar estos gastos, si no aparece la factura, mal asunto.
-Bueno, como dice don Mateo, no nos impacientemos, cuando venga ese señor, me llama, por favor.
Voy a bajar por si necesitan algo para el anuncio.
-Sí, Emilio, ve, porque después de cómo está todo, no se vaya a poner el peor.
-Por si De la Riva necesita algo, si no, ¿quiere acompañarla, por favor?
-Faltaría más, yo le pongo un coche para acompañarla donde quiera.
-Hasta ahora.
-Gracias, Emilio.
Doña Blanca, no tengo palabras.
-Estoy encantada de poder ayudarles.
-Me quedaré en casa revisando todo lo que vea por ahí.
-Muy bien.
Hasta luego, entonces.
-Doña Petra, esta es mi tarjeta, estamos en contacto para lo que sea.
-Lo dicho, muchas gracias.
-Por ahí.
-A ver si no monta el numerito de hace unos días.
-¿Qué?
-Nada, un malentendido sin importancia, cosas de la prensa.
-Ahí vienen.
[♪ Cynthia Felton "Missing Combination"] -No me acuerdo de nada.
-Tú relájate que todo va a salir bien.
-Estoy muy nervioso, no voy a poder con todos ellos ahí.
-Olvídate de ellos.
Imagínate que estoy aquí yo solo contigo, como en el ensayo.
-¿Estamos?
-Sí, ya estamos.
Yo me voy de aquí, tú te quedas aquí.
Mírame a los ojos, y demuéstrame que no eres una rata cobarde.
-Lo soy, enorme.
-Si te quedas en blanco, me miras.
Respiras y podrás continuar.
¡Listos!
-¡Claqueta!
-Moda hombre, Velvet, uno primera.
-¡Acción!
-La vida de actor no es tan sencilla como uno imagina, todo el mundo está pendiente de lo que hago, de lo que digo, de cómo me muevo, del tipo de hombre que soy.
-¿Y saben qué tipo de hombre soy?
-¿Y saben el tipo de hombre soy?
Un hombre elegante, y el hombre elegante consigue siempre lo que quiere.
[♪ música animada] -¡Corten!
¡Lo tenemos!
¿Pero quién había dicho que trabajar con usted era un infierno?
-¿Qué?
-¿Eh?
-¿Que qué?
-Que... nada, muchas gracias, muchas gracias a todos, gracias, ha sido un placer colaborar con todos ustedes.
-¡Señor Santamaría!
-¡Señor Santamaría!
Por favor, por favor, un autógrafo, por favor.
Por favor, por favor, por favor.
Para mi primo, por favor, que es superimportante.
Que es... Por favor.
-Que está... -Por favor, con orden, con orden.
-Sí, para mí, para mí, para mí.
Gracias.
-Os invito mañana a celebrarlo, en mi finca de Trujillo hay una cacería espectacular.
Por favor, no me podéis decir que no.
-¿Una cacería?
¿Pero tú me has visto a mí cara de hombre de las cavernas?
Por favor.
-Hay que ver cómo son estos artistas, ¿eh?
Vale.
Enrique, por favor, tú no me puedes fallar.
-No creo que sea el momento ade... -No acepto un no por respuesta.
Además, asistirán empresarios muy importantes y seguro que puedes encontrar nuevos negocios para Velvet.
Bueno, y ya sabes cuál es la ventaja de ir armado.
-Venga, Enrique, anímate, que seguro que das con la mejor pieza.
-Bueno, si me insistís, podría ser divertido.
-Claro que sí, así me gusta, tenía muchas ganas de ir a cazar contigo, fíjate.
-Adiós, nos vemos mañana.
-Mañana a las 20:00 te recogemos.
-Muy bien.
-Cuídate esa herida.
[♪ música sensual] -¿Vienes conmigo esta noche a ver a Rita?
-Sí, sí, sí, avísame cuando termines y voy para allá.
Ahora tengo que ir a enfrentarme al energúmeno.
-¿Cuándo podremos emitirlo?
-Cuatro semanas después del rodaje, lo tenemos firmado por contrato.
-Intenta presionar, necesitamos estar cuanto antes en el aire.
Y del otro tema, ¿qué me cuentas?
-Todo controlado.
-Estáis podridos.
-¿Qué es todo este dinero?
-Pregúntale a Enrique.
-Yo no sé de qué me estás hablando.
-Eres un desgraciado.
-Pero no te permito que me faltes al respeto.
-Voy a ir ahora mismo a denunciarte a la policía.
-A la policía, nada menos, ¿y de qué me vas a acusar?
-De atentar contra mi local y contra mi carrera profesional.
-Ana, por favor, no seas infantil.
Cualquiera podría ser el responsable de este destrozo.
-Tú cállate, que me consta que Enrique no lo planeó solo.
-No tienes pruebas de nada.
-La palabra de Pedro me basta.
Recogí un pañuelo en el local con unas iniciales, MC.
¿Te suena, Marco Cafiero?
-¿Y crees que la justicia le va a dar la razón a un simple empleado que actúa contra la empresa por rencor?
Porque te recuerdo que está suspendido de sueldo.
-Voy a probar suerte, y si no, un escándalo como este probablemente le interese a una revista como la de Mateo.
-Lástima que sí que haya pruebas de quiénes han sido los vándalos.
Esas eran para ti, lo importante es el negativo.
-Esas fotos os delatan aún más.
-Pero eso nunca lo sabrá nadie.
Como mucho podría recibirlas algún periodista de forma anónima, y en ese caso... -Los culpables serían estos dos caballeros.
-Precisamente.
-Todo esto se va a volver en vuestra contra.
-Sin duda, pero hasta que ese momento llegue, ¿te importa cerrar la puerta al salir?
-Espero que Enzo Cafiero os mande a los dos a la calle, a ver a quién cree él.
-Ana, Ana, Ana.
-Perdona, Mateo.
Vengo de ver a Enrique y a Marco.
-¿Qué te han dicho?
-Van a acabar conmigo.
-No, no van a acabar contigo.
Ana, mi revista está a tu disposición, podemos publicarlo todo, vamos a hundirlos.
-No puedo.
-Claro que puedes.
Pagar a alguien por atentar contra tu local es delito.
-Y por destrozarlo, y tienen fotos de Pedro y Jonás haciéndolo.
Si esas fotos ven la luz, acabarían en la cárcel.
-Maleantes hijos de puta.
¿Y ahora qué hacemos?
Ana, no puedes rendirte, si das un paso atrás, ellos ganan.
-No me voy a rendir.
-Así me gusta.
[♪ música triste] -Ana, ya me iba.
¿Qué pasa?
Ana, ¿estás bien?
¿Qué ha pasado?
-Rita.
Rita tiene cáncer.
-¿Qué?
-Me lo iba ocultando unas semanas, Pedro me lo ha contado todo.
-Lo siento.
¿Qué puedo hacer por ti?
Lo que necesites.
-No.
Lo siento, Carlos.
Rita me necesita y yo quiero estar con ella.
-Claro.
Claro.
La boda puede esperar.
[♪ Giuseppe Verdi: "La donna e mobile"] -¿No me digas que se han hecho amigos al final?
-No, pero a este me lo dejas dos semanas más y lo devuelvo hecho una seda.
-Una seda salvaje.
-Los seres humanos somos muy complejos, Jonás, nada es blanco ni negro, todo está en continua transformación, los colores cambian, el alma se revela.
Nadie sabe la batalla interna que cada uno está librando por dentro.
Y lo que a este pobre hombre le pasa es que está completamente equivocado con la suya.
-Discúlpeme, señor De la Riva, yo no le pillo ni media, a mí lo que me parece es que este hombre es un soberbio de los que hay pocos.
-Sí, pero a eso me refiero, Jonás, que debajo de toda esa fachada hay debilidad, mucha.
-Si usted lo dice.
-¡Chico!
-Mire, ahí está su debilidad.
-¡Chico!
¿Dónde estás?
-Dígame, ¿en qué puedo ayudarle?
-Eh... Venía a despedirme.
Y, bueno, darte las gracias por ayudarme con esto.
Tomás.
-Jonás.
-Jonás, eso.
-Ha sido un placer.
Señor De la Riva, si no me necesita.
-No, Jonás, gracias.
-Por fin te libras de mí.
-Sí, por fin.
Y va a ser raro.
-Creo que en los últimos años has sido la única persona que me ha preocupado en saber qué hay más allá, detrás del petulante galán.
-¿Y tú?
¿Sabes lo que hay detrás del petulante galán?
[♪ música emotiva] -Estoy acostumbrado a vivir así.
-Deberías saberlo.
Vivirías mucho más feliz.
-Gracias.
-Si alguna vez quieres cambiar de traje, aquí estoy.
-Sí, sí, no, no, no se preocupe, tranquilícese, tranquilícese.
Enseguida, Jonás, teléfono.
-No, sea quien sea, cógeme el recado y le llamo luego.
-Es tu madre y parece preocupada.
-¿Madre, -¡Ay, hijo mío, por fin!
No sabes el disgusto que tenemos.
-Madre, madre, tranquilícese, que sea lo que sea, seguro que no es para tanto.
-¿Que no es para tanto?
Que tu hermana la Antonia se ha ido de casa.
-¿De dónde se ha ido?
-Del pueblo.
Si la pillo, la mato.
Ayer a primera hora, fue al mercado y ya no volvió.
Hemos avisado a la Guardia Civil, pero conociéndola, a esta no le ha pasado nada, ¡esta se ha escapado!
-¡Ay!
Deja.
Hijo mío, tú no sabrás nada, ¿verdad?
Es que ya sabes cómo es tu padre.
Y yo tengo el corazón en un puño.
-Tranquilícense, tranquilícense, hago un par de llamadas y les llamo, ¿eh?
-Ay, gracias, hijo, yo no dejo de rezar.
-Adiós, adiós.
Padre, tranquilo, tranquilo.
La madre que la parió.
¿Dónde se puede saber...?
¿Dónde se ha metido esta ahora?
No, si es que hoy a mí todo el mundo me toma la peña.
Su novio.
[♪ Sheldon Curry: "Teenage Meltdown"] Tú.
Sí, tú.
Es que esto es para matarte, ¿eh?
Con que habías venido de visita a conocer a tu novio, ¿no?
Tú te has escapado del pueblo y ahora mismo te vienes conmigo a hacer la maleta.
-Que no y que yo no me muevo de aquí, ¿eh?
-Antonia, padre ha llamado a la Guardia Civil, a la Benemérita, y madre no se separa del rosario.
Tú quieres que me meta en un problema de los gordos, ¿no?
-Eso es lo que te preocupa a ti, ¿no?
Meterte en un problema por mi culpa.
¿Tú sabes la de veces que yo te he defendido a ti, hermano?
-No, el problema no es meterme en un problema por tu culpa, el problema es que te has escapado del pueblo.
-No, el problema es que tú no tienes ni idea de nada, ese es el problema, lo que pasa es que como sois hombres y venís a este mundo con la mitad del camino hecho, pues parece que nosotras tenemos que apañar con todo lo que venga, ¿no?
Tú tienes ni idea de nada.
-Bueno, pues explícamelo.
¿Por qué te has escapado del pueblo como una cría adolescente?
-Pues porque mi novio me ha engañado y se ha ido con otra.
¡Ea!
Ya te lo he dicho.
-¿Qué novio?
¿El de las cartas?
Que no, hombre, que no, que ese vino después.
El Pepe.
-¿Qué Pepe?
-El chato, el hijo de la Laura.
-¡Ah!
Pero, mujer, ¿tú cómo te juntas con ese tapón?
Si todo el mundo sabe que tiene las manos más largas que la cuaresma.
-Pues yo qué sé, hermano, pensé que a lo mejor conmigo iba a sentar cabeza.
Pero qué va, hombre, qué va.
-Que se ha estado viendo a escondidas con la prima Paqui.
Hermano, con la prima Paqui.
Y desde entonces soy la tonta de Porrillos, vamos, que lo sabía todo el pueblo menos yo.
-Venga, no te pongas así, Antonia.
-¿Cómo quieres que me ponga, hermano?
Es que, es que encima de burra, palea, que es que el otro día estábamos ahí en la posada del tío Cosme y estaban, estaban haciendo manitas ahí delante de todo el mundo.
-No me cuentes más, no me cuentes más.
Antoñita, que ya no somos unos críos, que escapar no sirve de nada.
Anda, no llores, Antoñita.
Mira, tú y yo ahora mismo vamos a llamar a padre y madre y le vamos a decir que tú mañana te vuelves al pueblo, con lo de Rita ya tenemos bastante en la familia.
-¿Pero qué le ha pasado a Rita?
-Antonia, Rita tiene cáncer.
-Madre mía, -La operan mañana, así que... cuanto menos disgusto, mejor, vamos.
[♪ Christian Pandovan: "Quand La Nuit Revient"] -Don Emilio.
Lo siento.
Lo siento porque le he fallado.
-Pedro, nunca me ha gustado pensar que todo el mundo tiene un precio, y celebro saber que usted opina lo mismo.
Tiene que ser fuerte, señor Infantes, fuerte, ahora más que nunca.
-Don Emilio, ¿tiene usted un minuto?
-Sí.
-Se trata del local de doña Aurorita.
-¿Qué le han dicho?
-Petra no pagó el último recibo, y sin ese pago, el seguro no se hace cargo de nada.
-¿Pasa algo?
-Pasa que el seguro no se hace cargo del local, entre otras cosas, porque no hay seguro.
-Yo me haré cargo.
-No diga usted bobadas, ¿sabe el destrozo del que estamos hablando?
-Sí.
Sí, porque yo lo destrocé.
-¿Qué?
¿Pero qué está usted diciendo?
-Doña Blanca.
-Yo lo destrocé y yo lo arreglaré.
-Pedro, no creo que sea... -Don Emilio, por favor.
Necesito hacerlo.
Si no, yo no podré seguir adelante con todo esto, le prometo que no desatenderé mi trabajo en las galerías, pero... -¿Alguien me puede explicar qué significa todo esto?
-Doña Blanca, yo se lo contaré.
Está bien.
Está bien, vamos a por los chicos, luego hablamos, doña Blanca.
-Por favor, no se lo oculten a Ana.
-De acuerdo, luego hablamos.
-Sí, y también papel de carta con membretes y sobres.
No, no, de los alargados.
Dos cajas.
Gracias, Padilla, adiós.
-Clara, ¿podemos hablar un momento?
Estoy muy impresionado por lo de tu hermana, así que cualquier cosa que podáis necesitar, yo... -Ana ya se está ocupando de cualquier cosa que podamos necesitar.
-No estoy hablando ni de ti ni de mí, así que relájate.
-No me puedo relajar después de lo que le está pasando a Rita.
-Estoy tratando de interesarme por la salud de tu hermana, no hace falta que esta vez te pongas por encima.
-¿Qué me estás diciendo?
¿Que soy una egoísta y que solo me preocupo de mí?
¿Que no me preocupo por mi hermana?
-Ya está, ya está, vale, ya está.
Sé que piensas que tengo un corazón de piedra... -No, creo que no tienes corazón.
-Aprecio a tu hermana, me gustaría ayudar.
-Pues yo lo que creo es que quieres lavar tu conciencia.
[♪ Laurent Lombard: "Miss you Honey"] -¿Mateo?
Al final el seguro se hará cargo, me lo acaba de decir mi tío.
-¿Y Rita cómo está?
-Muerta de miedo, ¿cómo va a estar?
-Me siento como un estúpido estando al margen.
He intentado hablar con Clara una vez más, y una vez más, imposible, yo ya no sé cómo llevar este tema.
-Lo que le pasa a Clara es que está enamorada todavía.
-¿Enamorada?
Ana, por favor, no tuviste que presenciar el numerito ayer con el italiano.
-¿Qué?
-Se dieron el gran lote en mi cara.
-Eso no puede ser, Mateo, te habrás confundido.
-No me he confundido, lo he visto con mis propios ojos.
No, estoy trabajando demasiado en las galerías, ya está todo lanzado, tengo mucho trabajo pendiente en la redacción.
-Estás en tu pleno derecho, bastante me has ayudado ya.
-Yo no quiero que te lo tomes a mal, pero es que ha sido llegar aquí y se ha abierto otra vez la caja de Pandora.
Había conseguido llegar a ser feliz.
Casi feliz.
-Siento mucho haberte arrastrado hasta aquí, Mateo.
-No me hagas caso, hoy no es mi día.
-No te preocupes, a veces ni yo misma sé por qué lucho tanto.
[♪ Jaime Dunlap: "Lucky To Be Alive"] -¡Mamá!
-Ya estamos en casa.
-¡Hola!
¿Cómo os habéis portado hoy, eh?
-Él me pegó antes.
-Te juro que yo no le pegué.
Bueno, basta ya de guerras, ¿no?
A ver, que... -¿Te pasa algo, mami?
-No, no, no, que, que vuestro padre y yo tenemos que hablar con vosotros.
-Sí, vamos a sentarnos aquí.
-¿Nos vais a castigar?
-No, no, no, lo que pasa es que mamá y yo hemos organizado una excursión.
-¡Bien!
¿Y a dónde vamos?
-Vamos a ir al pueblo con los abuelos.
-¡Sí!
-¡Sí!
-Lo que pasa es que, que, que esta vez nosotros no podemos ir.
-¿Por?
-¿Os acordáis de las navidades?
Que cogisteis un resfriado, pues esta vez me ha pasado a mí, pero un poquito más grande, así que tengo que ir al médico a que me cuide.
-¿Estás muy malita, mami?
-No, no.
Está muy fuerte, lo que pasa es que va al médico para que le cuide del resfriado.
-Pero, ¿cuánto tiempo vamos a estar?
Que no queremos ir al pueblo y volver.
-Vais a estar lo suficiente pa cansar a los abuelos.
-Vamos, a lavaros la mano, ¡vamos!
[♪ Sheldon Curry: "Sky Dream"] [toques a la puerta y timbre] Va.
¿Antonia?
-Hola, primo.
Oye, que ya me he enterado.
-¡Hola, Antonia!
-Hola, Rita.
-Rita, oye, que... Que lo siento.
-Bueno, ya.
-Nada, que la Antonia quería verte antes de irse.
-Hija, ¿cuánto tiempo?
-Sí.
-¿Cómo tú por aquí?
-Pues una historia muy larga, Rita.
Pero vamos, que ahora mismo eso da igual.
¿Cómo estás tú?
-Muy fuerte y muy guapa, mira como está.
-Sí.
-¿Cuándo te vuelves?
-Pues nada, mañana por la mañana, primera hora, ya.
-Los niños también se van al pueblo.
-¿Y cómo los vas a mandar?
-Pues la vecina se ha ofrecido a llevarles.
-¿Pero cómo que la vecina?
No, que ni la vecina ni nada, que me los llevo yo encantada, ¿eh?
-¿De verdad?
-Que sí.
-Porque tenemos a la Reme un poco hasta el gorro, ¿a ti no te importa?
-¿Pero cómo me va a importar?
Además, mira, así me aseguro una bienvenida agradable.
-Pues muchas gracias, Antonia.
-Claro que sí.
-De corazón.
-Oye, ¿puedo ir a ver a los niños?
-Sí, sí, sí, claro.
-Primo.
Que quería pedirte perdón por todo lo que he hecho con... -No, no, no, no, no, no hace falta.
No hace falta porque yo lo he hecho porque he querido.
Porque eres mi familia.
-Bueno, ya, ya.
Ya está, ya está.
-Anda, ponme un aguardiente de estos del pueblo que yo con algo más ligero no me empaño.
-¿Ana?
¿Qué haces aquí sola con todo a oscuras, como un alma en pena?
-Esperando a Clara.
-¿Qué pasa?
¿Estás bien?
-Rita tiene cáncer.
[♪ Thomas Richard Smith Sr.
: "Lonelyville"] -Buenas noches, Raúl.
¿Nos vamos?
-¿Por qué soy el último a enterarme de estas cosas?
-Yo me he enterado esta mañana.
-¿Y qué hacemos?
¿Qué hacemos?
¿Morirnos de asco?
Habrá que hacer algo por nuestra Rita, digo yo, no vamos a estar aquí de brazos cruzados, dejando pasar el tiempo, ¿qué hacemos?
-Nosotras vamos a ir a verla ahora por la noche, la operan mañana.
-¿Mañana?
Vale, voy con vosotras.
-Está muerta de miedo, Raúl.
-Normal, normal, Ana, ¿tú cómo estarías?
Bueno, vale.
Basta de dramas y de caras largas, ni una lágrima, ya está, voy a buscar champán.
-Yo sé dónde hay.
En el despacho de Mateo.
-¿Frío?
Vale, voy a por él.
-Raúl.
Yo no creo que Rita esté para mucha fiesta ahora.
-Esto no es una fiesta, Ana, es una declaración de amor por todo lo alto, es un "Te vas a curar", es un "Tú sí puedes", "Porque eres maravillosa, Rita, y te queremos", ¿vale?
Vamos a hacerla feliz.
Venga, os espero abajo, chicas.
-Vamos.
-¿Tú no tienes nada que contarme del italiano?
-Te aseguro que eso no es nada importante.
De verdad.
-"Colorín colorado, este cuento se ha acabado".
-Cuéntamelo otra vez, mamá.
-Pero si se os están cerrando los ojitos.
¿Os vais a acordar de mí?
-Sí.
-Pero si sólo serán dos días.
-Es verdad.
Y van a pasar volando.
-Ojalá estuvieran así de tranquilos todo el día.
-A lo mejor es la última vez... -Rita, no.
No te quiero ver triste, porque tú eres una mujer fuerte.
Y alegre.
Eso no va a pasar.
[timbre] Voy a ver quién es.
-A ver, pequeñajos, a ver, con cuidado la cabecita, por aquí, muy bien.
-¡Sorpresa!
-No te lo esperabas, ¿eh?
-No.
-¿A que te has quedado muerta?
[risas] Perdón, perdón, perdón.
-¿Pensabas que te íbamos a dejar sola hoy?
-Que empiece la fiesta, mujer.
-Oye, tengamos cuidado, están los niños dormidos.
-Que a los niños no los despierta ni una bomba.
-Voy a poner un poco de música.
-Ah, sí.
[♪ Billy Roues: "Woman's Intuition"] -¿Me decías que esta canción era la que te hacía volar?
-Sí.
[risa] -Chicos, gracias por venir.
Rita.
¿Rita?
[♪ Christian Padovan: "Flame In Your Eyes"] -¡Tía Antonia!
-¡Tía Antonia!
-Pero bueno, ¿a quién me como yo?
-Críos, un día no los voy a conocer.
-Venga, un besito a don Emilio.
[inaudible].
-Nos vamos al pueblo.
-Ya lo sé, qué alegría, ¿eh?
-Vamos, que no llegamos.
-Eso.
-Tío Jonás, eres un dormilón.
-Pues sí, como papá, que es un dormilón.
-Cuidad a los abuelos en el pueblo, ¿eh?
Y nada de perseguir gallinas que os conozco, ¿sí?
-Sí.
-Sí.
-Vengan, dadme un abrazo, anda.
-Venga, vámonos que vamos a perder el autobús.
Hala, venga, arreando.
-Vale.
Arriba, arriba.
-Arreando, arreando.
-Pedro.
Pedro.
Sea fuerte.
-Gracias, voy a buscar a Rita.
-La dehesa se llama "Los Lapones" Y tiene más de 300 hectáreas llenas de encinas, alcornoques, olivos, bueno, y especies autóctonas, claro.
Pertenece a los Alcocer desde hace varias generaciones.
Bueno, de hecho, la casa la construyó con sus propias manos mi tatarabuelo.
-Impresionante.
-Sí.
-¿Para cuándo la montería este año, Valentín?
-Pues creo que la tienen prevista para el mes que viene o... Pero disfrutemos del día de hoy.
Ya tendremos ocasión de ir a Las Rodelas.
-Claro.
¿Pasamos a la acción?
-Por supuesto.
Señoras, es hora de que los hombres salgan de caza.
-Pues aquí os esperamos.
-¡Vamos a los puestos!
Ven conmigo que tengo el mejor.
-Enrique, espera, tienes esto mal colocado.
Escápate en un rato que te llevo a cazar otra cosa.
-Cuando haya acabado con él.
-Mi mujer tan servicial siempre, es una joya.
-Pasadlo bien.
-¡Vamos!
[toques a la puerta] -Hola.
-Hola.
Don Raúl.
-Hola, querida.
-Hola.
Pero no me mire con cara de pena.
Usted no.
-No, es que estoy fascinado de lo guapísima que estás.
Hasta tumbada en la cama de un hospital.
-¿Me hace un favor?
-Sí.
-Saque a mi marido a tomar un poco el aire, que lleva aquí metido todo el día.
-Claro, claro, vamos a chocar la gafitas.
-Sí.
-¿No quiere un café o algo, señor De la Riva?
-Rita es muy fuerte.
-Va a salir todo bien.
-Sí.
-Bueno, ¿cómo has dormido?
-Bien.
-¿Bien?
-Sí.
-A ver, que tienes unos pelos.
-¿Tú te crees que estoy yo para pensar en los pelos?
Si seguro que me voy a poner un gorro de esos de baño para operarme.
-Bueno, pero tú tienes que estar guapa siempre.
-Quiero pediros una cosa.
Si, si me pasa algo... -Rita, no, no empieces.
-Si me pasa algo, quiero que cuidéis de los niños y de Pedro, que ya sabéis cómo es.
-Bueno.
-Sí, buenísimo, pero un desastre.
Él nunca ha sido fuerte y los niños necesitan verle bien.
¿Me lo prometéis?
-Rita, no te vamos a prometer... -Prometérmelo.
Abre la maleta, por favor.
Coge esas cartas.
[♪ Robert J Walsh: "Sandy"] Quiero que guardes estas cartas.
Y en el caso de que me pase algo, se las das.
A los niños se lo he intentado explicar, pero es que son muy pequeños.
-No va a hacer falta, Rita.
-Claro que no.
-Me ha costado muchísimo asumir esto, pero... me encuentro fuerte y, y voy a pelear.
Si no hay suerte y no vuelvo, quiero que sepáis que me voy feliz.
Porque he sido muy afortunada en esta vida.
Os quiero mucho, muchísimo.
-Y nosotras.
-Es que eres más boba.
-Pedro, ¿llego tarde?
¿Ha entrado ya al quirófano?
-No, no, no, está en la habitación hablando con las chicas, pero tiene que faltar ya poco.
-¿Crees que puedo pasar?
-Por favor, claro, vamos.
-Vamos.
-Ay, por poco ni me entero de que la operan hoy.
-Bienvenida al club.
-Ya sabe cómo ha querido llevar todo esto Rita.
-Ya, me [inaudible].
[toques a la puerta] -Rita, tienes visita.
-¿Se puede?
-Doña Blanca.
¡Qué sorpresa!
-¿De verdad pensabas que no iba a venir?
Tienes buena cara, me alegra verte así.
-Ya no me puedo escapar.
-No.
-A ver si esta vez no es muy tarde.
-Seguro que no, estás haciendo lo que tenías que hacer.
[toques a la puerta] -Señora Montesinos, el quirófano está listo y nos tenemos que marchar.
¿Pueden salir, por favor?
[♪ Christian Padovan: "How Could I Tell You"] -Gracias.
-Te quiero.
-Te quiero.
-Casi estamos llegando, ya verás qué piezas.
Y ya verás cuando me traiga aquí al Valentinín.
Va a ser niño, estoy convencido, lo presiento, es así.
Tinín, mi heredero.
Algún día todo esto será suyo, es que solo de pensarlo... -¿Tú confías en Patricia?
-¿Qué?
-Quiero decir, si la has notado más fría, más distante últimamente.
O si te ha hecho alguna referencia a la paternidad del niño.
-Enrique, no sé a qué te refieres, pero no me está gustando nada.
-Perdóname, la experiencia con Bárbara me dejó muy marcado.
-¡Oh!
-No me fío de las mujeres.
-Uy, normal.
Es que, vaya, ¿eh?
Te puso unos cuernos que de los que se pasean por la finca, madre mía.
-Bueno, de cuernos te podría contar yo alguna que otra historia.
-Sí, ¿eh?
Pues mira que es una cosa que yo jamás consentiría, o sea, no entiendo esas parejas que se dan una y otra oportunidad y venga.
-También hay quien no se entera.
-Eh, estamos ya.
Prácticamente, por aquí, sí.
[♪ Eric Spencer: "Cool Walk"] Cuando acabes me voy yo a miccionar.
Enrique.
¿Enrique?
-Sí.
-Pensé que te había pasado algo.
-Me había parecido ver un muflón.
-Pensé que solo se ven en Canarias.
-Pues sería otra cosa, entonces.
-A todo esto, creo que se ha descalibrado la mira.
Sí, a ver, échame una mano, cógelo ahí fuerte, por favor.
-¿Qué haces?
Ten cuidado.
-No, no, tranquilo, esto se agarra.
Quita un poco de ahí.
Ahí, fuerte, ¿eh?
Agarra fuerte, ¿eh?
Yo creo que se ha debido mover un pelín.
Fíjate, por eso he fallado antes, ¿eh?
Ahora lo entiendo todo.
[disparo] -¡Patricia!
Es Valentín, se ha disparado.
-No sabemos cuándo ni cómo despertará.
-Emilio, me vuelvo a Argentina.
-Me alegro muchísimo, pero... pero no por mí.
-El nuevo local de Ana va a tener un reportaje en exclusiva en la revista de Mateo.
Patricia y tú os encargáis de la comunicación.
¿Qué demonios se supone que estáis haciendo?
-¿Qué pasa, hija?
-Daría la vida por poder compartirlo con él.
-Alberto confiaba en ti tanto o más que yo, y él se fue sabiendo que tenías por delante un gran porvenir, estoy seguro, seguro.
-¿Señor De la Riva?
-Sí.
-Es que esta tarde tenemos el partido, ¿se acuerda?
Necesitamos su ayuda, queremos que juegue.
-No, Manuel, no me puedes hacer esto.
Si pretendes que con ese dinero no se haga el reportaje de Ana es que no me conoces bien.
-Veo que a la amistad mueve montañas aquí.
-No me toques.
-Todo esto es culpa tuya.
-No voy a permitir que sigas sufriendo.
-Eso espero.
-Seguro que está a punto de salir.
-Señor Infantes.
-Don Mateo, esto acaba de llegar, es para usted.
-Querido Mateo, es un orgullo confirmar que sigues volando tan alto, un fuerte abrazo de tu hermano y amigo, Alberto Márquez.
Support for PBS provided by:
















